literature

E-CnE 16 - Moonlight

Deviation Actions

Aimare's avatar
By
Published:
163 Views

Literature Text

Odio mi vida. Bueno, en el fondo no: estoy harto de todo y cada uno de los que viven junto a mí, en mi casa. Incluso algunos con los que convivo en el colegio, me caen mejor que mi propia familia. Vale, mis notas estaban bajando estrepitosamente, y claro, como mis preocupaciones, el único que las comprende, es Kaoru, y no sé qué le pasa, que últimamente está en mi contra, pues lo único que puedo hacer, para que no haya más discusión, es callarme y hundirme en la miseria.

-¡Hikaru! ¡Pon atención en tus estudios!
-¡Hikaru! ¿¡Puedes dejar de ser un inútil!?
-¡Hikaru! ¡Deja de robarme todo!


…Vale, lo último era normal, puesto que es él el que me quita las cosas de mi cuarto y tengo que ir a reclamar, pero todo el mundo sabe –aunque Kaoru lo niegue- que no quiere que entre a su habitación para que no encuentre sus revistas tan peculiares. Pobrecito; tiene dieciocho años y va detrás de alguien que no se enamora de él. Qué conformista.

En este mismo momento, me encontraba en mi cuarto, tumbado en la cama, aburrido, sin saber qué hacer… mientras recapitulaba todo lo que había pasado en las pocas semanas. Pronto acabaría el año, y realmente, no me esperaba que mi vida diese tal giro. Puede… puede que mi pasado fuese muy… malo, respecto a lo que hacía yo con las personas y ahora estuviese sufriendo mi castigo, no obstante, gracias a eso conseguí conocer a la persona que más amo en este mísero mundo.

Me encogí, haciendo que mi corazón me doliese bastante con sólo recordarla. Hacía muchos días que no sabía de ella y eso no era bueno. ¿Y si ha sufrido algún accidente? ¿Y si está enferma? ¡No quiero que sufra por nada! ¡Haré lo que sea con tal de que siga viviendo, feliz, a mi lado! Aunque, si algún día, es infeliz por cualquier motivo y yo tengo la culpa… Me iré, por mucho que sufra.

No obstante, enseguida, una imagen de la persona que más odiare toda mi vida, se me vino a la mente y con ello, unas reacciones como las que sufrí el otro día, volvieron a mí. Era extraño… quería matar con mis propias manos a alguien que nos estaba amargando la vida… Aunque… Eso no es tan raro, ¿no? Es un método un poco violento, pero efectivo. Espero que con aquella lección aprendiese que nadie toca a Honoka… sin que salga vivo.

Sin embargo… me resultaba un tanto hipócrita de mi parte, puesto que una de las razones por la que quedase con mi querido amor, fue, simplemente, porque Akane está utilizándome. Yo de por sí, ya sabía la existencia de su blog, de los acontecimientos que le ocurrían diariamente… pero mi corazón era duro como una piedra. Había visto muchas crueldades ante mis ojos –y muchas producidas por mí mismo, por desgracia-, por lo que no me hacía daño el verla sufrir. Hasta que llegué a tener mi primera charla con ella.

Sí. Ya nos conocíamos, no sabíamos mucho del contrario, pero alguna vez tuve algunos mensajes antes de quedar con ella. Cuando vi personalmente su manera de actuar, fue lo que me encandiló: era ella misma. No mentía. No se hacía la víctima. No era problemática; ella es y siempre será la misma. Se ganó mi corazón poco a poco, y cuando mi jefa –por no llamarla de otro modo, que sería ponerle un lindo insulto- me obligó a acabar de algún modo con Honoka, pues le hice caso a medias. Realmente me enamoré al ver sus preciosos ojos. Me sentí como si una nueva esperanza creciese en mí. Sin duda, es la milésima vez que Honoka me salva la vida y espero que pronto pueda demostrarle lo que le agradezco todo esto.

-Eh… Hikaru… ¿Te encuentras bien?-Al estar de lado, no podía ver quién era; y tan si quiera reconocía su voz. Sonaba preocupado, por mí, pero en esta casa, ¿acaso le importo a alguien? Me estarán tomando de loco o algo.-Deberías salir a la calle… tan apenas sales de tu habitación… ni si quiera vas a clase…

Ah, claro, por eso me bajaron tanto las notas. No había que ser muy inteligente para sacar buenas calificaciones –tener memoria fotográfica, hacer resúmenes y poca pereza, es más que suficiente para sacar una nota mínima-. En fin, no es mi culpa que al dar un solo paso al exterior, me echéis en cara todo lo que os encontréis y no me dejéis ni comer tranquilo. Se me fueron las ganas de llevarme alimentos a la tripa, de sacar un futuro, del cuál está previsto que sea tan oscuro como la noche; incluso apostaría que es aún es mucho peor. Ya se sabe las maneras estúpidas que tiene la gente: te conviertes en un inculto, por sacar malas notas. Sinceramente, un papel no me va a decir lo que voy a ser o mi nivel de inteligencia. Pobres incautos que se alaban diciendo que sacan sobresalientes.

-¿Me escuchas?-comentó de nuevo, con un poco de enfado. Estaba claro quién era-Estamos preocupados por ti…
-¿Después de machacarme con todo tipo de armas? Vete con Mizuki, Kaoru, y déjame tranquilo.
-¡Lo hago por tu bien! ¡Al menos no estoy deprimido porque!… pasan… de…mí.


Me giré un poco, con un aura bastante tenebrosa, que hasta yo lo notaba. Cuando la segunda frase comenzó a ser pronunciada, aquella necesidad de romper huesos volvió a mí, consiguiendo que su voz bajase poco a poco, hasta ser casi inaudible. Pronto, empecé a escuchar unos pasos yéndose y la puerta cerrándose poco después. Por fin un poco de tranquilidad. Sin embargo, duró poco: el móvil comenzó a vibrar. Le quité el sonido para no tenerlo que estampar en una situación como está. Resoplé y estiré mi brazo hasta mirar quién era. Me quedé sorprendo nada más ver la inicial de su nombre. Inmediatamente me levanté hasta quedarme sentado y contesté.

-¿Honoka? ¿Ocurr-?
-HIKARU. NECESITO TU AYUDA.
-me interrumpió.-Ah, perdón, perdón. Espero que no te haya asustado, es que simplemente es eso, que necesito que vengas a mi casa. Ya te contaré, ¿vale? No es nada grave. Eso, ven pronto. Cuanto antes mejor, ¿vale? Eso, adiós.

No entendí completamente nada, pero creo que cogí lo esencial: ”Hikaru necesito tu ayuda.” Hasta para decir eso es original. Muy bien, si la señorita necesitaba algo de mí, no iba a negárselo. Me estiré y mi cuerpo empezó a crujir después no haberlo utilizado desde hace bastante días. Al levantarme, me dirigí al armario para buscar qué ropa ponerme. Escogí lo que me pareció más adecuado y mi mirada se chocó con aquél gorro que me regaló mi padre.

-Lo siento, pero esta vez… no puedes venir conmigo.

Cerré la puerta del mueble y me cambié de vestimenta. Sí, la verdad es que cada día utilizaba menos aquel objeto que había marcado mi vida. Normalmente lo utilizaba porque no podía admitir lo que pasó aquella vez… sin embargo, la vida sigue. Uno no se puede quedar estancado en el pasado. ¡Debe seguir y luchar por lo que le importa en el presente! Cueste lo que cueste, tendrá su recompensa. Al recoger mis cosas, me dispuse a salir de mi habitación, buscando a Tamaki; que sabía perfectamente dónde estaría: en el salón. Me dirigí allí, y como siempre, acerté. Noté que estaba algo serio, hablando por teléfono, así que me puse a escuchar desde lejos.

-¡P-Pero, por favor, piénseselo dos veces! ¡Deme un poco más de tiempo!-hizo una pausa-¡Obtendré todo lo que necesiten, pero por favor, sigan hasta como ahora!-volvió a callarse y notó mi presencia, mirándome-Entendido.-colgó y se acercó a mí-¿Cómo te encuentras?
-…Perdona que te diga, que me parece muy fuerte que te preocupes por mí, hermanito.
-le puse un tono irónico al final, pero sabía perfectamente que era de hipócritas hacer eso.
-Hikaru… ¿En serio no te has visto…? ¡Cualquiera se preocuparía por ti en este mismo instante! ¿Necesitas algo?
-Bueno, Honoka me ha llamado y como siempre, he de pedirte permiso y batallar contigo.
-Puedes ir.
-¿¡VES!? ¡Siempre estás en mi contra…! Espera. ¿Vas en serio?
-Pues claro que sí. Que te de el aire, lo necesitas.


Estaba claro: no iba a decir nada más. Me marché corriendo, antes de que Tamaki cambiase de opinión. Mientras me dirigía a mi destino, sus palabras volvieron a resonar.

¿En serio no te has visto? ¡Cualquiera se preocuparía por ti en este mismo instante!

--

Llegué, cansado y con la respiración agitada. Me estaba empezando a creer que no estaba en condiciones atléticas. Llamé a la puerta, mientras recuperaba la compostura. No podía mostrarme débil y que se preocupase por mí, como lo estaban haciendo lo demás. Nada recibir mi llamada, me abrió la puerta. Estaba algo nerviosa y lo noté rápidamente por dos razones: La primera, tenía el brazo escondido tras la espalda. Sí, parecía una estupidez, pero ella jamás escondería algo de este modo; además, su actitud era extraña. Tenía una sonrisa un poco triste, incluso se podría decir, que por un instante, sus ojos fueron cubiertos por una expresión de miedo. No era psicólogo, no obstante, ¿ocurriría algo? Bueno, la verdad que para algo me ha llamado. Dejé de preocuparme por esto, sería una tontería mía, como siempre.

-¡Hikaru, menos mal que viniste!-comenzó a decir. Oh, venga, era obvio que iba a hacerle caso. Es imposible negarle el ofrecer tu ayuda a una persona tan encantadora como Honoka.
-¿Qué necesitas de mí?
No dijo nada, no obstante, hizo un gesto para que pasase a su casa. Y pensar que hace dos semanas me había quedado a dormir aquí porque me lo pidió… El tiempo pasa tan deprisa que es imposible de creer que pronto nos encontremos en  Navidad… y con ello en el cumpleaños de Honoka. Estoy casi seguro de que su familia pasa de ello y celebra antes las vacaciones que el festejo del nacimiento de su hija. Mientras pensaba aquello, fui llevado hasta su cuarto y volví a darme cuenta de otras dos cosas. Había zonas muy desordenadas, pero eran lugares muy determinados. Por ejemplo, no había ropa desperdigada por ahí, pero sí cables de diferentes aparatos tecnológicos. Es como si aquello demostrase el desorden mental que tiene la castaña. Sé que le gusta la tecnología, pero… ¿por qué no lo ordena? Si tanto le importa, algo le debe estar molestando mentalmente, ¿no? Aunque bueno, creo que a veces pienso demasiado las cosas.

Lo otro que me había chocado, es que el animalito que le compré el otro día, tenía su propio hueco en la habitación. Estaba encima de una mesa apartada de todo, para evitar golpes y sustos innecesarios. Me pareció completamente increíble que le hubiese cogido tanto cariño al hámster. Si no me arrepentí de habérselo comprado en ese instante, ahora, al ver esto, muchísimo menos. Me acerqué y leí su nombre en una pequeña plaquita.

Thing Akari Niwa.

Me sonrojé al leer su segundo apellido. El susodicho levantó la cabeza, para observarme, y se acercó a mí, con un poco de timidez. ¿Se acordaría de mí? Abrí la puerta de la jaula, para acariciarle un poco la cabeza, mientras me daba cuenta del significado real del nombre de Thing.

-Honoka, el nombre de Thing se lo pusiste con un gran significado en su interior, ¿verdad? Piensa antes de hacer las cosas. Lo digo, porque el verbo pensar y la palabra cosa, en inglés, se parecen mucho.
-Oh, sí, ¿tanto se nota?-preguntó, mientras preparaba un sitio para que me pudiese sentar.
-Bueno, es que tienes un pequeño-gran desorden en tu habitación. Creo que tu mente no tiene las cosas muy claras, y por ello, llegaste a esa conclusión, a modo de indirecta.

No contestó a nada, por lo que aproveché para cerrar la puerta de la casa de Thing. Era una mascota fácil de cuidar y además, adorable. A pesar de todos los problemas que ella tenía, Honoka la quiso adoptar. Una mascota de la que te encariñas por sus defectos, es mucho mejor que una de la que te enamoras por sus virtudes. Es más divertido estar con alguien que te comprende a alguien que tiene la vida bien cuidada y no sabe lo que es sufrir. Me senté en el sitio que me preparó y sacó unos libros de la escuela.

-Con que necesitas mi ayuda para estudiar, ¿verdad?
-Sí. Suspendí muchas asignaturas y no quiero ni repetir, ni que me castiguen.
-Ya veo…-respondí, con una sonrisa.

Era algo muy fácil de hacer. A pesar de no haber ido al colegio como en dos semanas, por haber estado tirado en mi habitación, sin hacer nada productivo, cogería mis maneras de estudiar para pasárselos a ella. No me complicaba la vida: resumía las cosas más importantes y las escribía a mi manera. Si estudias pero no entiendes las cosas, pierdes el tiempo. Eso es algo que decía normalmente mi profesor de hace unos cuantos años.

-Honoka, ¿Cuáles son tus asignaturas favoritas?
-Me gustan matemáticas y todo lo relacionado con ciencias.
-Vale…-me puse pensativo-Para eso no te puedo ayudar, como mucho a resumirte la teoría. Debes escribirla de una manera que tú la entiendas y luego ponerla en práctica. Mi recomendación es que pases totalmente de lo que te pongan en el libro, porque eso más que ayudarte, te confunde. Lo mismo con lo que no te guste. Imagina que estás haciendo un resumen de un libro, eso te ayudará mucho.
-… ¿Y así estudias tú?
-Sí y me va bastante bien, la verdad, porque a parte de aprobar exámenes lo recuerdo y lo puedo aplicar en mi vida diaria.

Creo que se esperaba algún método súper complicado. No, yo paso de arruinarme la vida con cosas de este estilo. De la nada, me empezó a rugir la tripa. Me estaba entrando hambre, obviamente, por todo el esfuerzo que había hecho en la carrera anterior. A veces sentía que incluso la cabeza se me iba. Honoka se levantó, recogió todo y se dirigió la cocina, o por lo menos, eso deduje. En seguida volvió con un plato de sopa recién hecha y la dejó en el escritorio. Volvió a sentarse y comenzó a observarme.

-¿Ocurre algo?-cuestioné, mientras la voz me temblaba un poco.
-Estás muy pálido. ¿Te encuentras bien?
-¡P-Pues claro! ¿Q-Qué me puede pasar a mí?
-…Tienes lágrimas en los ojos.

Nada más escuchar eso, unas gotas recorrieron mi cara, a modo de contestación a lo que ella decía. Subí mis piernas a la silla, abrazándolas y así esconderme. ¿Por qué justamente ella debía de verme en un aspecto tan lamentable? Ahora mi voz no era la que temblaba, si no todo mi cuerpo.

-No sé lo que me pasa… ¡No sé qué ocurre!-mi voz se ahogaba entre la tristeza que ocultaba en mi interior-Desde el último encuentro con Akane, me siento diferente. Tengo una sensación extraña, como si tuviese dos personalidades dentro de mí y eso hace que vea cosas diferentes a la realidad.-si consigo que me entienda, realmente, le doy un premio-No voy al instituto. No me alimento. ¡No reúno las fuerzas ni la energía suficiente para hacer nada! N-No quiero sufrir… es doloroso… al menos mis hermanos se están preocupando por mí y me intentan ayudar, no obstante, sólo les grito, en vez de darles las gracias…-Con una mano, comencé a limpiarme las lágrimas mientras gimoteaba ante la depresión que llevaba conmigo-Ayúdame… por favor…

La chica de ojos verdes, era la única esperanza que me quedaba. Se lo había podido contar sin temor y lo más importante: sin tener ganas de destrozar a la persona que tenía en frente. Quiero que esta pesadilla acabe y pueda volver a ser feliz.
...pues resulta que el cap 17 sí lo tenía, que es el 18 el que todavía no escribí. Anyways. HIKARUUUU <3 Espero que os guste. :3
Ah, a partir de ahora no creo que resalte con negrita los diálogos. Por pereza. :C
Comments2
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
AleatoryR's avatar
(cosaaaaaaaaa *-*) Este cap fue duro. Bastante. Hikaru ahí todo forzado, técnicamente Honoka lo llamó para que él la ayudara y al final... xDDD Pero me ha gustado, como todos *-*